Gamer


En un futuro, en un juego denominado Slayers, uno de los participantes puede controlar a millones de seres humanos a través del sistema multijugador. En el «Slayer» juego y espectáculo están envueltos en un híbrido aterrador. Humanos controlados por humanos a gran escala, juegos en red donde personas representan a personas para siempre. La Tecnología del control mental se ha extendido, y el corazón de ese controvertido e hiperviolento juego es su creador, el multimillonario Ken Castle. Su última creación es un juego de disparo en primera persona, que permite proyectar las fantasías más salvajes de cada uno ante un público global, utilizando prisioneros reales como avatares que luchan contra la muerte. Pero Kable , un poderoso guerrero controlado por el joven Simon, intentará liberarse a sí mismo y al resto de jugadores del mundo.

akas: Ultimate Game, Mangur, Oyuncu
2009, USA, 95 min.
Director: Mark Neveldine, Brian Taylor Guión: Mark Neveldine, Brian Taylor Fotografía: Ekkehart Pollack Música: Robert Williamson, Geoff Zanelli Intérpretes: Gerard Butler, Zoe Bell, Milo Ventimiglia, Michael C. Hall, Alison Lohman, John Leguizamo, Aaron Yo, Logan Lerman, Kyra Sedgwick, Amber Valleta, Terry Crews, Johnny Whitworth Fecha de estreno: 4 de Septiembre de 2009.

Un comentario en “Gamer

  1. En 1987, Paul Michael Glasser (más conocido como Starsky) dirigió una magníficacinta de ciencia ficción titulada Perseguido, protagonizada por el héroe más importante en la historia de este género: don Arnold Schwarzenegger. Hablamos de un filme que, además de resultar trepidante por sus magníficas secuencias de acción y su ritmo frenético, contenía una importante carga social contra el poder de la televisión y el aumento de la violencia en la misma.

    Hoy, año 2009, los dos osados directores de Crank, Mark Neveldine y Brian Taylor, han decidido copiar, de una manera un tanto descarada, aquella joya de la que hemos hablado en el primer párrafo, con un resultado notablemente inferior.

    Gamer es un ejemplo de lo que se puede esperar hoy en día de cierto tipo de cine, que trata de hallar el éxito fácil, gastando lo menos posible en montar una buena historia. Por un lado se plagia (llamémoslo por su nombre) una película de culto, aunque nadie nombra la palabra «remake», por si acaso. Después se eligen una serie de actores de moda por las grandes series televisivas de la actualidad (ya comenté en una crítica anterior que la década dorada de la televisión está coincidiendo trágicamente con una importante decadencia en el séptimo arte) para que el público olvide que el guión cuenta muy poco, mientras comenta «¡Ahí va, si es Dexter!» o «¡Anda, mira, la tía de The closer!» o incluso «¿ese no es Peter Petrelli de Héroes?» Y así, entre comentario y comentario, van pasando los minutos sin que uno repare en el maltrato del guión a los tres mencionados intérpretes, Michael C. Hall, Kyra Sedgwick y Milo Ventimiglia respectivamente.

    Al menos hemos de agradecer la elección del protagonista, un duro Gerard Butler (300) que sabe dotar a su personaje del dramatismo adecuado (tal y como está redactado el libreto, aquí no cabían las divertidas gracias de Schwarzenegger en el 87) así como la buena interpretación de Amber Valletta (Transporter 2), posiblemente lo mejor del filme en este apartado.

    Pero hablábamos de los recursos fáciles del cine actual. Nos queda el intento facilón de atraer al público juvenil (el gancho aquí son los video-juegos) y, por último, los giros rocambolescos de cámara a los que se suman un sinfín de ruidosas explosiones, elementos estos indispensables para el montón de saboteadores del género de la acción que desgraciadamente sigue haciendo películas.

    A pesar de toda la estopa que he repartido a la película, he de reconocer que nada más salir del cine pensé que me había resultado entretenida. El daño supone escribir acerca de un filme insustancial unos días después de haberlo visto, tras haber tenido tiempo para reflexionar. Y mis pensamientos no pueden ser más alarmantes: un fan de John McTiernan (Jungla de cristal), Richard Donner (Arma letal) y James Cameron (Terminator 1 y 2) como yo, ¿cómo narices puede, después de ver semejante mediocridad, salir del cine y decir que se ha entretenido?

    Muy sencillo: las expectativas que tenemos ante cualquier película de acción han llegado a límites tan bajos, que ya nos conformamos simplemente con no vomitar durante sus visionados.

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