Mentiras y gordas


Un grupo de jóvenes se prepara para lo que va a ser el verano de su vida, entre secretos, mentiras, sexo, confusión, noche y fiesta. No son conscientes que en ese viaje iniciático una vez comenzado no se puede dar marcha atrás, que las mentiras se van haciendo cada vez más grandes y que amar significa hacer daño.

akas: Sex, Party und Lügen, Sex, Party & Lies
2008, España, 105 min.
Director: Alfonso Albacete, David Menkes Guión: Alfonso Albacete, David Menkes Fotografía: Alfredo F. Mayo Música: Juan Sueiro, Juan Carlos Molina.Intérpretes: Mario Casas, Ana de Armas, Hugo Silva, Alejo Sauras, Asier Etxeandia, Miriam Giovanelli, Esmeralda Moya, Ana María Polvorosa, Yon González, Maxi Iglesias, Aida Folch, Duna Jové, Marieta Orozco, Xacobe Sanz, Clara Pradas Fecha de estreno: 27 de Marzo de 2009 Ver en FlixOlé


Compartieron cartelera el 27 de Marzo de 2009

Un comentario en “Mentiras y gordas

  1. Mentiras y gordas (*):
    Albacete y Menkes narran un verano típico para según que sector de la juventud de hoy en día. Un relato sin gancho, sin gracia, sin ningún tipo de motivación para ver su desarrollo y, además, lleno de clichés y prejuicios que dan un lamentable, simplista y falso reflejo de la juventud.

    Los dos directores en ningún momento llegan a desprender una pizca de emotividad o atracción (tan sólo un poco la relación de Marina y Leo). Un muy buen momento es el plano, de la cámara encima de los lavabos de la discoteca, en que se ve que hace cada uno; pero resulta que es una copia a «Joves», un relato mucho más inteligente y realista del mundo juvenil.

    El guión obra de este dúo y, increíblemente, con participación de la nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, es, como he señalado, un descafeínado, superficial y falso relato de los jóvenes.

    El texto parece más una serie de trece capítulos cortados en dos horas de película en que las escenas de varios personajes se suceden, pero sin llegar a ningún puerto, bueno, sí, un puerto con una moralina final pretenciosa, superficial y efectista. Sí, habrán logrado encandilar a las jovencitas con el final de lagrimeo fácil (rodado con una música más pretenciosa aún) y con un cóctel de rostros (y cuerpos) televisivos más cerca de limpiar baberos (por la poca inteligencia de la película) que de carpetas «teen».

    Los personajes no tienen carisma, ni una psicología marcada (y si lo es, es a base de clichés y de desarrollo convencional, como el desafortunado Toni) y pecan de una superficialidad maestra. El espectador los despide de la misma manera que le entran: sin interés y con una sensación a dejà vú.

    Un personaje habla de las etiquetas que pone la gente a las personas. Bien, pues la película pone una gran etiqueta a todos los jóvenes. Unas personas sin sueños, sin metas, sin preocupaciones, que viven el día a día y se ven envueltos en problemas amorosos. Beben, follan, beben, follan, se drogan, duermen, se drogan, fuman y descansan en la playa.

    Los actores, algunos de ellos jóvenes promesas (Alejo Sauras, Mario Casas o Ana de Armas) hacen el esfuerzo de componer sus personajes. Pero la superficialidad que tienen y la carencia de psicologías marcadas, hacen que su trabajo sea en vano.

    El montaje es, sencillamente, patético. Sí, tiene un ritmo muy ágil y digerible, pero es una sucesión de escenas incomunicadas que sólo tienen dos puntos en común: representar una parte de la juventud (muy panfletaria, preocupante y moralizadora) y el sexo, las drogas y el rock and roll (o mejor dicho, como leí por ahí, «mamadas, éxtasis y techno»).

    «Mentiras y gordas» es una deshonra para el cine español. Cumple la función de hacer taquilla (¡y de qué manera, supera a lo nuevo de Almodóvar!), pero es que a parte de su público (el adolescente), la película tampoco ha gustado. Una deshonra porque lo que logra es propiciar prejuicios al cine español tipo «españolada», en vez, de hacer una película de calidad sobre el mundo de los jóvenes.

    (((Para aquellas que esten desesperadas por ver los desnudos de sus ídolos televisivos)))

    Lo mejor: Únicamente, ayudará a la taquilla del cine español
    Lo peor: La superficialidad del conjunto y la moralina final

    Nota: 6

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