Un detective de medio pelo de una pequeña ciudad de Pennsylvania, John Klute, abandona el cuerpo de policía para investigar la muerte de su mejor amigo, un ingeniero visto por última vez en Nueva York. La única pista para seguir su rastro es una carta suya a una prostituta, Bree Daniels, que dice no saber nada del desaparecido pero que reconoce haber descubierto a alguien siguiéndola y haber recibido llamadas anónimas. A través de la vida de Bree, conociendo su trabajo y su ambiente, Klute podrá conocer los verdaderos motivos por los que su amigo encontró la muerte. Pronto un sentimiento romántico despertará entre ellos.
1971, USA, 109 min.
Director: Alan J. Pakula Guión: Andy Lewis, Dave Lewis Fotografía: Gordon Willis Música: Michael Small Intérpretes: Jane Fonda, Donald Sutherland, Charles Cioffi, Roy Scheider, Dorothy Tristan, Rita Gam, Nathan George, Vivian Nathan, Morris Strassberg, Barry Snider Fecha de estreno: 25 de septiembre de 1972
Carteles de Cine 
Ese 1971 se estrenaron dos films aparentemente equidistantes entre sí, ambientados en épocas históricas distintas, y que sin embargo exploran la identidad emocional y sexual de sus personajes desde su propio interior, sin manipulaciones, discursos o improntas externas: este inmarchitable «Klute» y el magistral Truffaut de «Las dos inglesas y el amor».
Por otro lado, esta cinta supone el despertar de Hollywood hacia la sociedad occidental que visiona sus películas en esa época, alejada ya en su vida cotidiana de restrictivas ambigüedades morales, de tabúes retorcidos de imposible reflejo en la pantalla o de ingenuidad o desconocimiento de los vaivenes ético-económico-políticos de aquel tiempo.
El productor y director Alan J. Pakula tiene en esta obra un trabajo personal, una mirada sincera, limpia que no se dedica a juzgar a sus personajes y llevarlos a cómo deben ser, sino que les muestra tal como son, refleja al máximo sus querencias más íntimas y sus deseos, inquietudes, su propia filosofía de la vida.
La historia de un psicópata que acosa a una prostituta de lujo («call girl») sirve a Pakula para ofrecernos un retrato implacable del ser humano: a ratos el film es un thriller paranoico, a ratos un retrato de la degradación del mundo actual con sus bajos fondos de drogas y prostitución, a ratos una película de perdedores con una pareja de personajes anclados en su propia insatisfacción, otras veces una lúcida y acertada disección sobre el universo femenino centrándose en un cierto tipo de mujer que se ve sacudida, inmersa, presa de un mundo que no comprende, tambien es un sobrio relato sobre un hombre frío y aparentemente inexpugnable que va por la vida sin esperar demasiado, etc.
Alejándose de intelectualidades, de pretensiones formales, de elementos ajenos al relato que destaquen su trabajo de autoría, Pakula logra un film a la vez comercial y artístico, plenamente asumible por el público en su estreno y abiertamente elogiable por la crítica más sesuda.
Hay algún homenaje visible («La dama de Shangai», «El silencio de un hombre») y ecos del cine de Hitchcock, se da visibilidad a fenómenos sociales consolidados (el psicoanálisis) y se establece un apasionado y amargo retrato del amor romántico.
Película algo ´fuerte´ para aquel 1971 cinematográfico (En España ni os cuento), hoy ha perdido su condición de novedad solamente en ese aspecto (no hay ninguna escena que hoy sea escabrosa o prohibitiva), supuso una de las mejores interpretaciones de la actriz, justamente premiada con el Oscar, y su primer encuentro profesional-personal con el ya entonces famoso Sutherland (rodaron dos películas consecutivas aparte de un escandaloso romance). Fonda venía de su periplo francés («Los felinos», «Barbarella», «El engaño», «Historias extraordinarias»), y escandalizaba a la sociedad norteamericana con su activismo contra la Guerra de Vietnam, y Sutherland había despuntado en la parodia kafkiana y absurda del mejor Altman (M*A*S*H).
De lo mejor de su interesante director.
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