La balada de Cable Hogue


Cable Hogue, un cruel explorador, es abandonado en medio del desierto por sus compañeros Taggart y Bowen. Le roban su mula, su rifle y sus provisiones, afirmando que sólo hay agua para dos. Cable les jura venganza, camina bajo el Sol durante cuatro días y cuando está al borde del colapso nota una de sus botas húmedas. Comienza a escavar, y encuentra un enorme pozo de agua muy cerca de la ruta de una diligencia, que convierte en un lugar de descanso para viajeros. Los más variopintos personajes van apareciendo. Durante uno de sus viajes a la ciudad, Cable conoce a Hildy, una atractiva mujer.

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1970, USA, 121 min.
Director: Sam Peckinpah Guión: John Crawford, Edmund Penney Fotografía: Lucien Ballard Música: Jerry Goldsmith Intérpretes: Jason Robards, Stella Stevens, David Warner, Strother Martin, Slim Pickens, L.q. Jones, Peter Whitney, R.g. Armstrong, Gene Evans, William Mims Fecha de estreno: 7 de junio de 1971


Compartieron cartelera el 7 de junio de 1971

Un comentario en “La balada de Cable Hogue

  1. Es difícil hablar sobre esta película: Peckinpah es un director maldito al que la industria siempre ninguneó y los productores destrozaron sus obras maestras con cortes, censuras y malos montajes (de «Mayor Dundee» a «Grupo Salvaje» o «La huida»). El estilo de este director es reflexionar sobre el mundo contemporáneo y el hombre moderno valiéndose de la épica, la violencia, el sexo y, sobre todo, retratar la naturaleza humana en toda su extensión.

    Esta cinta es, al contrario, mucho más lírica, tranquila, reflexiva y personal que la mayoría de cintas ilustres del realizador (exceptuando la incomprendida y exquisita «Quiero la cabeza de Alfredo Garcia» donde confluyen ambos estilos y, por supuesto la injustamente maldita «Junior Bonner»).

    Cine de perdedores, de supervivencia, western en el sentido profundo, crepuscular, desmitificador y agridulce, trazos psicológicos convincentes, gusto por la observación, tambien algo de parodia del cliché de héroe a contracorriente, cierto tono «guasón» que influye en las películas de Robert Altman tipo «Los vividores», melancolía y ciertas dosis de realismo.

    De lo más atractivo de la filmografía de su autor, sobre todo para acceder a ella si se desconoce del todo. Es un excelente inicio.

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