Miel de naranjas


Años 50, Andalucía. Carmen y Enrique son dos jóvenes que acaban de conocerse y se enamoran. Enrique está obligado a hacer el servicio militar y puede que tenga que trasladarse y dejar a su amada. Carmen que tampoco quiere separarse de su novio, intercede por él ante su tío el comandante Don Eladio. Conseguirá que el muchacho pase su prestación en los juzgados de la ciudad como mecanógrafo. Enrique pronto presencia las injusticias y abusos que se cometen en el juzgado, es algo que no puede tolerar y ante lo que no puede permanecer impasible. Debe actuar si desea cambiar las cosas. Enrique se unirá a la lucha urbana contra el franquismo y pronto se verá involucrado en una serie de acciones que pondrán en peligro su vida y su estabilidad, y también la de las personas cercanas a él.

2012, España, 101 min.
Director: Imanol Uribe Guión: Remedios Crespo Casado Fotografía: Gonzalo F. Berridi Música: Nuno Malo Intérpretes: Iban Garate, Blanca Suárez, Karra Elejalde, Eduard Fernández, Nora Navas, Ángela Molina, Jesús Carroza, Barbara Lennie, Jose Manuel «Poga», Carlos Santos, Antonio Dechent. Fecha de estreno: 1 de Junio de 2012.

Un comentario en “Miel de naranjas

  1. El cine de la posguerra ya es un género caduco, no hay nada interesante que decir, los realizadores españoles deberían de darse cuenta de esto como en su día los americanos se dieron cuenta de que ya no había nada más que contar de Vietnam. A veces te puede surgir una buena historia, como ocurría con la reciente Pa Negre, pero son casos demasiados aislados como para tener que volver continuamente a ella contando una y otra vez historias que por mucho que insisten en cambiar matices y en vendérnoslas como distintas, siguen pareciendo excesivamente manidas, como si ya te lo hubieran contado mil veces, el evidente partidismo de la mayoría de estas producciones (con alguna honrosa excepción como la reciente Silencio en la nieve) tampoco ayuda a quitar esa sensación de que ya está todo contado, por que siempre los villanos serán los mismos y los héroes los otros, y por mucho que se intente en ocasiones, como hace Uribe, humanizar a los personajes por encima de sus ideologías, las tendencias políticas de los firmantes acaban siendo excesivamente evidentes y sobreponiéndose a sus intenciones.

    Miel de Naranjas nos lleva a la Andalucía de los años 50, Enrique es un joven que está haciendo el servicio militar en un juzgado, allí y a la vista de todas las injusticias de las que es testigo por el carácter de un juez muy severo, se ve arrastrado a una comunidad comunista clandestina. Una trama que da pie a formar una historia casi de espionaje, Uribe se empeña por ello incluso en darle una estética de cine noir que por desgracia no la favorece en absoluto por que se encuentra fuera de lugar y la plástica de la película resulta demasiado artificial y es que partiendo de esta idea y habiendo desarrollado todo de una manera bastante más competente quizá podría haber llegado a haber un resultado bastante más interesante, pero lo peor de Miel de Naranjas es que a los cinco minutos te las ha dejado de creer y da igual lo que hagan que no hay forma de creerte lo que ahí están contando, lo que además también que su visionado resulte como una tortura eterna que parece que nunca va a terminar.

    Y es imposible de creer por que todo está excesivamente estereotipado, siendo todo terriblemente exagerado y por momentos hasta absurdo y plástico, eran varias las risas que se escuchaban en la sala en momentos verdaderamente sonrojantes, pero cuando más se corona la película es con uno de sus planos finales y que posiblemente sea uno de los más ridículos que jamás se han filmado en este país. Tan sólo los actores parecen no sobrar demasiado con la excepción del debutante Iban Garate, un tipo con ningún tipo de carisma y que se tira toda la película poniendo cara de pena para mayor irritación del espectador, pero es la única piedra negativa de un reparto donde brilla especialmente un portentoso Karra Elejalde.

    Nada suscita mi atención en esta película, la historia de amor está llevada de una forma nefasta, no hay lugar para las sorpresas cuando el guión trata de meter algún giro inesperado y todo resulta tan excesivamente trillado que por más que intente sobrepasar ese muro que aparece desde su inicio para entrar en ella no puedo conseguirlo y no puedo dejar de mirar el reloj continuamente para ver cuando terminara el suplicio que me supone el visionado. Lejos muy lejos queda el Imanol Uribe que otrora tenía historias interesantes que contarnos. Digan lo que digan, Miel de Naranjas es OTRA PELÍCULA SOBRE LA GUERRA CIVIL.

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