¿Quién teme a Virginia Woolf?


George y Martha son un matrimonio que se profesa un odio salvaje. Ambos tienen personalidades autodestructivas, conocen perfectamente las debilidades del otro y saben cómo exasperarlo. George es un profesor de historia alcohólico. Martha, la hija del director de la universidad donde George da clases, es una mujer frustrada y vulnerable. Un sábado por la noche, después de una fiesta, invitan a su casa a un nuevo profesor y a su esposa.

akas: Who’s Afraid of Virginia Woolf?, Chi ha paura di Virginia Woolf?, Ko se boji Virdžinije Vulf?, Qui a peur de Virginia Woolf?
1966, USA, 131 min.
Director: Mike Nichols Guión: Ernest Lehman Fotografía: Haskell Wexler Música: Alex North Intérpretes: Elizabeth Taylor, Richard Burton, George Segal, Sandy Dennis Fecha de estreno: 14 de abril de 1968


Un comentario en “¿Quién teme a Virginia Woolf?

  1. El título más célebre de Taylor-Burton, y también su película más detestada por aquellos de sus detractores más acérrimos, en un film que a muchos hizo concebir grandes esperanzas en un joven cineasta (Mike Nichols), que luego se confirmó tan errático como (lamentablemente) desigual.

    Atmósfera claustrofóbica, sensación de intranquilidad, momentos duros y franco agobio para un espectador que asiste perplejo a una de las mejores interpretaciones de la actriz, en un «tour de force» sin ningún glamour o momento de descanso con su entonces marido, donde la violencia psicológica, el alcohol, los gritos, el histerismo mutuo, la exposición-visibilidad de determinados tabúes, el desahogo emocional-intelectual, la crítica al patriarcado y a la inflexibilidad de normas y roles sociales, la crudeza sentimental y la desnudez íntima duelen hasta sangrar.

    Puesta en escena obvia pero inteligente (se aprovecha bien el espacio, hay profundidad de campo, el ritmo es lo más vivo posible, el blanco y negro aporta la dósis exacta de crudeza, el ritmo interior del guión consigue trasladar la poesía de la desolación y el sufrimiento, no se subrayan los momentos cumbres con músicas inoportunas o reiteraciones sentimentales, la fotografía resalta el aroma que se desprende de toda la cinta, etc), contraste de tonalidades (pareja madura en plan autodestructivo, pareja joven más inocente e idealista), narración fluida y sin tachones, y excelente trazo psicológico, en una cinta que sublima la mera adaptación de una prestigiosa obra teatral (del Pulitzer Edward Albee).

    Sin lugar a dudas, la Obra Maestra de un director que tiene otros trabajos de interés en su primera época (sobre todo «Trampa 22» y «Conocimiento carnal») y últimamente algún resabio del talento que malgastó por el camino (la excelente y madura pese a algunos peros «Closer»), además de una película emblemática y muy famosa («El Graduado»).

    Como suele suceder, una de esas cintas que, pasados los años, no ha perdido un ápice de brillo o de calidad, aunque su desconocimiento sea patente en el espectador de ahora mismo (ocurre con todo gran clásico que tenga la ´pega´ de ser en blanco y negro, del cine mudo ya ni hablamos).

    De su influencia en el cine posterior, de su condición de joya absoluta del cine norteamericano de los años 60, de su inmarchitable y cruel fascinación, de su lucidez y vigencia, y de la conexión que logra con el público, que se ocupen los demás. Jamás el espectador de hoy dia.

    Pese a todo, de visión-revisión obligada. Imprescindible.

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