Lacombe Lucien


Segunda guerra mundial. Lacombe, un joven campesino cuyo padre está prisionero en Alemania y cuya madre se acuesta con su jefe, intenta unirse a la resistencia. Rechazado por el cabecilla local, ingresa por azar en la policía alemana.Con una capacidad asombrosa para amoldarse a lo que le exige su nuevo puesto, su vida cambia cuando se enamora de France, la hija de un sastre judío.

1974, Francia, Italia, Alemania,  140 min.
Director: Louis Malle Guión: Louis Malle, Patrick Modiano Fotografía: Tonino Delli Colli Música: Django Reinhardt Montaje: Suzanne Baron Intérpretes: Pierre Blaise, Aurore Clément, Thérèse Giehse, Holger Lowenadler, Jean Bousquet, Jean Rougerie, René Bouloc, Jacques Rispal, Stéphane Bouy Fecha de estreno: 26 de Mayo de 1975


Compartieron cartelera el 26 de Mayo de 1975

Un comentario en “Lacombe Lucien

  1. Supuestamente la típica película aburrida, lenta, minuciosa, exasperante, ejercicio de estilo y autoría del cine europeo que, sin embargo, se transforma en puntal de la filmografía de su director, un Malle reconocido por películas muy diferentes entre sí en temáticas y maneras de contar (de toda su carrera, el público recuerda especialmente «Los amantes», «Zazie en el metro», «Vida privada», «Fuego fatuo», «El ladrón de París», «Un soplo en el corazón», «La pequeña», «Atlantic City», «Adiós muchachos» y «Herida»).

    En apariencia fría y teórica, en la práctica un torrente de apuntes, ideas, vivencias, emociones, recuerdos, lucidez e Historia que provocó una importante convulsión en el panorama del cine francés de mediados de los 70, tan disperso en corrientes comerciales y artísticas como en gustos del público (es la época de madurez de la «nouvelle vague» de Truffaut, Rohmer, Rivette, Godard, la afilada crítica burguesa de Chabrol, los últimos aleteos clasicistas de Deville, la irrupción renovadora de Eustache, el culmen documentalista de Rouch, la nueva generación de los 70 tipo Tavernier, Granier-Deferre, Bertuchelli, Annaud, Boisset, Pinoteau, el último capítulo en las coproducciones masivas con Italia, etc).

    Detallista, reflexiva, implacable, feroz y sincera, retrata una época que Francia aborrece, el colaboracionismo en plena etapa de invasión nazi, tan ocultada por el sistema oficial como exteriorizada por los cineastas foráneos desde finales de los 60 («El carnicero» de Chabrol, «La pena y la piedad» de Marcel Ophüls), y que obligó al país a enfrentarse consigo mismo en el tema más doloroso y agónico de su etapa reciente.

    Agria polémica y división de opiniones en el momento de su estreno, provocaron que el film no fuese valorado en toda su extensión (no deja títere sin cabeza, es descarnado, amoral, realista, preciso), pero ciertamente es imposible no advertir la extraordinaria valentía del film.

    Violencia, sexo, crimen, política, supervivencia, dolor, sufrimiento jamás fueron expresadas y contrastadas de manera tan certera como en esta cinta.

    La obra de Louis Malle tiene momentos de fascinación, de experimento, de buceo, de crísis personal e identitaria, de búsqueda del elemento interno que desencadena la acción, de pesimismo, de estudio del comportamiento humano y sus causas, de lirismo, de optimismo, de negatividad. Los mejores momentos de su cine están presentes aquí.
    En definitiva, estamos ante una de las cotas más altas del cine europeo. Todo un clásico moderno.

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.