Una mujer destruida


Después de casarse con Ken Conway, un cantante casi desconocido, Angie Evans, una famosa cantante de cabaret, hace uso de todas sus influencias para que su marido triunfe. Tras conseguir la fama, se trasladan al campo y tienen una hija, pero ella se siente muy sola y empieza a beber, y cuanto más famoso se hace su marido más se hunde en la bebida.

akas: Smash-up: The Story Of A Woman, Une vie perdue
1947, USA, 103 min.
Director: Stuart Heisler Guión: John Howard Lawson Fotografía: Stanley Cortez Música: Frank Skinner Intérpretes: Susan Hayward, Lee Bowman, Marsha Hunt, Eddie Albert, Carl Esmond, Carleton Young, Charles D. Brown, Janet Murdoch, Sharyn Payne Fecha de estreno: 13 de mayo de 1947 Ver en prime video, PlutoTV


Un comentario en “Una mujer destruida

  1. Susan Hayward fue una de las reinas del género, y una de las actrices favoritas del público femenino.

    Debutando en el melodrama en 1941 («Alma en sombra», junto a Ingrid Bergman), sus primeros papeles importantes en éste («Corazones en llamas», «Pasión salvaje»), no hacían presagiar su posterior consagración, pero a partir de este trabajo su cotización la convierte en estrella.

    Retrato de una mujer que se vuelve tremendamente insegura y vulnerable ante el éxito profesional de su marido, que la convierten en una sombra de sí misma, la actriz impone un tipo de personaje que permanecerá en el resto de su carrera («Sed de dominio», «Una canción en mi corazón», «Mañana lloraré», «Quiero vivir»), y logra su primera nominación al Oscar.

    Película con clima, repleta de buenos momentos y bien interpretada (sobresale el gran secundario Eddie Albert, el sólido trabajo de Bowman, frente a una Hayward que demuestra ser mejor actriz de lo que la crítica pensó en su día), revela el carácter concienzudo de su infravalorado director con un género al que visitó con cierta frecuencia («Tulsa, ciudad de lucha», «Viaje hacia la luz», «La estrella»).

    En su momento, la película fue un pequeño hito y supone el resurgir del melodrama tras unos años en que la industria y el público le habian vuelto la espalda (al iniciarse la 2ª Guerra Mundial las carteleras se llenan de propaganda, y al acabar la guerra, de películas amables y de evasión, o de heróicos momentos de combate).

    Film eminentemente descriptivo (excelente fotografía de claroscuros hacia el final), sabe situar al espectador en el punto justo para comprender de primera mano las vicisitudes de cada personaje, y logra mantener el interés de principio a fin, potenciando el atractivo que supone contemplar detallada y en profundidad una autodestrucción consciente que parece imparable.

    La comedia costumbrista y los ecos del cine biográfico-musical dan paso lentamente al drama íntimo y descarnado, en una obra en la que nada es gratuíto o furibundo, y donde abundan implicaciones, matices, y verosimilitud dramática y psicológica.

    Pese a lo envejecido de las copias que circulan, el film está dotado de una modernidad no tan frecuente.

    Merece una amplia y atenta revisión.

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