Muerte de un ciclista


Un ciclista es atropellado en una carretera por un automóvil, que conduce María José, a quien acompaña Juan, su amante. Ella está casada y este accidente puede descubrir sus relaciones, pero al parecer nadie les ha visto, por lo que deciden huir. El ciclista acaba muriendo por falta de auxilio y una terrible sensación de culpabilidad se apodera de la pareja. Juan piensa en entregarse aunque el peligro ha pasado pero María José quiere seguir viviendo como si nada hubiera ocurrido. Ahora su único obstáculo es Juan y tiene que tomar una decisión.

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1955, España, Italia, 81 min.
Director: Juan Antonio Bardem Guión: Juan Antonio Bardem Fotografía: Alfredo Fraile Música: Isidro B. Maiztegui Intérpretes: Alberto Closas, Lucía Bosé, Carlos Casaravila, Alicia Romay Fecha de estreno: 9 de septiembre de 1955


Un comentario en “Muerte de un ciclista

  1. Impresionó en España pero mucho más en el extranjero (premio en Cannes), porque muestra la atmósfera enclaustrada, desesperante, represiva de nuestro pais durante los años 40-50, sin explicitarlo abiertamente.

    Los censores no se apercibieron de que la realidad latente de una sociedad, de un pais puede entreverse a la perfección a lo largo de una historia llena de sutiles matices, a ratos entre lo onírico y lo expresionista, con un germen de intolerancia-maldad innato en la generación de esos años (hipocresía brutal, delación, inmisericordia hacia los demás), y un par de escenas que son ya historia de nuestro cine.

    Impresionantes caracterizaciones (Closas, Bosé) y brillantes secundarios (Casaravilla, Alexandre), fotografía por momentos casi sobrenatural, desolación emocional de los personajes principales, melancolía y tristeza en una trama de cine negro clásico de envergadura.

    El film incluye momentos que recuerdan un poco universos de otros realizadores europeos (Bergman, Antonioni, Rossellini, Buñuel), apuntes que parecen remitir al Hollywood anterior («Los amantes de la noche», quizá «El abrazo de la muerte»), maravillosamente engarzados en un estilo propio, inconfundible, irrepetible.

    Bardem tiene un par de clásicos de relumbrón en esta década, pero éste sobresale por méritos propios. Uno de los títulos más míticos del cine europeo de los 50. Una auténtica perla.

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